by Pedro Nabor Díaz
 
El Tlanhuichi Dos es del género ciencia ficción. La novela en Español gira en torno a los Aztecas de la época reconquista y se refiere a las sociedades Mexicas si hubieran resistido el pegue de los invasores. Agresivo y valiente, el mítico Motecuhzoma de esta novela salió invicto sobre los Españoles así guiando a las sociedades Aztecas hacia un glorioso porvenir.
 
Según este escrito, el mundo Mexica había perdurado los tiempos históricos para al fin madurar las sociedades Aztecas. Incluso, el "nuevo mundo" reclamó respeto universal por lo ingenioso y lo astuto de los Mexicas en el campo de batalla. Tras la triunfante derrota de los invasores – "gracias al heroico Motecuhzoma Xocoyotzin" – las monarquías Europeas, incumplieron sus agendas de seguirle los pasos de los Castellanos. Por resultado, el imperio Azteca dominó las tierras norteñas de Aztlan y se extendió hasta las orillas frígidas del Ártico. Por ende, el "nuevo mundo" como hoy se conoce no existiera.
 
Al amanecer la nueva época Mexicana, los conceptos de la rueda y de las bestias amansadas fueron aceptados por el mundo Azteca. Asimismo, los metales macizos – el hierro, el cobre y el bronce – tanto como la báscula para medir el peso, vía los números arábicos y la matemática decimal de los Ibéricos se aprobaron para el uso común. El abecedario Latino fue adoptado, y se accedió, aun en fervorosa objeción de los religiosos Aztecas, a la noción de los meses – en conjunción con el concepto Mexica del tiempo – según un cierto calendario Gregoriano.
 
Las técnicas audaces fueron cobradas de los Europeos para el bienestar de los Mexicas. A pesar del pegue demoledor, los nobles Aztecas reconocieron, a gran ventaja, lo cuanto positivo que la derrotada armada de Cortés asignó al "nuevo mundo". A consecuencia del exito sobre los Europeos por la “astucia y terquedad” delTlatoani Motecuhzoma, la civilización Azteca descendiente floreció hacia tecnologías avanzadas y hasta a aventureros viajes interestelares en el distante futuro. En fin, el escrito El Tlanhuichi Dos pudiera haber sido una realidad. En las crónicas de la ciencia-ficción, así como en los anales históricos de la humanidad, todo puede ser posible.