Según las crónicas del mundo, los seres humanos siempre han exhibido un ‘aura de inquietud', mejor dicho, un urgente sentido de la aventura y de la exploración. Desde que el hombre decidió domar la naturaleza para mejorar la vida de sí mismo y la de los seres queridos, los antiguos más astutos recorrían los campos en busca de refugio, agua y alimento. Cuando las cercanías al fin carecían de lo básico, los seres humanos mudaban a tierras más prometedoras. Así persistió la supervivencia del más apto, y así surgió el ‘aura de inquietud' del hombre lúcido quien al fin logró perdurar y así, poblar el mundo desde lo cálido hasta lo frígido.
          La inquietud del hombre aún existe hasta el presente. Superando los riesgos y lo incómodo de las fronteras entre naciones, los seres humanos hoy inmigran, como mejor pueden, desde un paraje a otro en busca de la elusiva tierra prometedora.
          El escrito Ramón detalla lo que es el carácter emigratorio de nuestros hermanos inmigrantes de México y por extensión, de otros países, y define lo que soportan mientras residen como ‘indocumentados’ en los Estados Unidos.
          El relato gira en torno a cinco inmigrantes quienes cohabitan en una ciudad americana. La vida emigratoria quizás no asigne amplios éxitos a cada uno, pero aún así prosiguen una vida sana y contributiva dado a las oportunidades y labores de este país americano.
          En la vida del inmigrante nunca faltan amistades, sobran amigos veraces quienes los estiman por los tantos esfuerzos. Al contrario, existen personajes deshonrosos quienes los menosprecian, a un tinte de racismo, sólo por existir en América del Norte como ciudadanos ‘indocumentados’.
          Al fin del día, la vida ‘inquieta’ de cada inmigrante del escrito les dota nobleza y una prueba indeleble que, por buscar la tierra prometedora, les concede, mayormente, una vida deseable a sí mismo y a los seres queridos.